Recientemente incorporada a nuestra universidad, la nueva investigadora postdoctoral de la USM repasa algunos aspectos sobre su llegada a la institución, sus inquietudes teóricas y los desafíos que enfrentamos en la materia.
Por Nicolás Jara
Todo un hito para la Universidad Técnica Federico Santa María es la reciente incorporación de una nueva investigadora postdoctoral para realizar investigación en género desde la filosofía política. Se trata de la Doctora y Licenciada en Filosofía Pamela Soto García, quien se integra a trabajar junto al Observatorio de Género en Ciencia e Ingeniería gracias a una convocatoria realizada por la Dirección General de Investigación, Innovación y Emprendimiento, orientada a desarrollar investigación en la temática desde las perspectivas de las humanidades, ciencias económicas o sociales en áreas STEAM.
Desde sus primeros años de especialización se ha dedicado a la filosofía política, tema que se vincula estrechamente con los estudios de género, realizando docencia en distintas universidades del país a nivel de pre y postgrado. Durante sus estudios de pregrado comenzaron sus primeras inquietudes teóricas sobre cómo responder filosóficamente al problema de la desigualdad de género.
¿Cómo influyeron aquellas primeras inquietudes sobre desigualdad de género en su trabajo como investigadora?
Mis primeras inquietudes al respecto surgieron durante mi pregrado en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, materializándose en una tesis de pregrado y doctorado, acerca del pensamiento de la filósofa española María Zambrano, quien fue exiliada a fines de los años 30 por el franquismo y que cuenta con una amplia producción científica.
Para mí era muy importante incorporar el pensamiento elaborado por filósofas a la discusión política, recuperando con ello sus aportes y perspectivas para una democracia que no se reduzca a un modelo de gobierno, sino que considere en su implementación aspectos relacionales. En el caso específico de María Zambrano, la situación vital que acompañó su trabajo me ha permitido ir desarrollando una investigación que se interesa por pensar desde las fronteras y transdisciplinariamente.
¿Qué temas se abordarán en su investigación al interior de la USM?
Me pareció muy interesante cuando se abrió este concurso específico de la DGIIE para venir a un espacio como la USM a pensar la desigualdad estructural que acompaña la vida de las mujeres en el conocimiento. Hoy día existe un interés en relación con las políticas de cuidado que acompaña la vida de las mujeres, sin embargo, a mí me preocupa que en estas discusiones se incorporen también los aspectos epistemológicos puestos en juego en la construcción de conocimiento, el entender que en su construcción operan sesgos de género.
Existe una categoría denominada “injusticia epistémica”, elaborada el año 2007 por la filósofa Nancy Fraser, para dar cuenta de cómo hay discursos y actores cuya construcción de conocimiento no tiene la misma valía culturalmente que otras. Me parece interesante indagar en esos aspectos, tanto epistemológicos como políticos, que acompañan la desigualdad de vida de las mujeres en el conocimiento.
Estaba precisamente en estas lecturas y discusiones asociados a proyectos sobre género y STEM, cuando me encuentro con la postulación de ingreso a la universidad como investigadora postdoctoral. Y en específico la propuesta consiste en revisar y analizar filosóficamente las políticas públicas a nivel latinoamericano que se han desarrollado para abordar la desigualdad de género, desde tres categorías que para mí son relevantes: saber, poder y vida, de modo que podamos pensar en no solamente hacer un diagnóstico de la situación, sino también explorar qué posibilidades de modificación de esas desigualdades estructurales podemos empezar a desmantelar, asumiendo los marcos normativos hoy existentes.
Desde su perspectiva, ¿por qué es importante incorporar la perspectiva de género en la investigación?
Ésa es una pregunta interesante, porque tenemos una política pública institucional que ha propendido a instalar el enfoque de género, pero que no aborda los aspectos epistemológicos a los que anteriormente hacía referencia. Además, no necesariamente todos entienden lo que implica y cuáles son los elementos que están en puestos juego.
Es relevante que como institución universitaria abordemos estos aspectos, para profundizar e incorporar en nuestro quehacer una perspectiva de género que permita que distintos grupos marginados, entre ellos las mujeres, puedan ser parte de la construcción de conocimiento, garantizando a su vez espacios más democráticos.
Abordar el género no puede reducirse a una discusión exclusiva acerca de tareas de cuidado o número de mujeres en lugares de poder, debido a que este enfoque no asegura la incorporación de su producción científica en las mismas condiciones, pues existen brechas epistemológicas, que hoy hacen que no se reconozca en las mismas los aportes al conocimiento hechos por las mujeres y otros colectivos. También hay elementos étnicos, de raza, clase, que se van cruzando, y que desde el feminismo nos invitan a pensar en la interseccionalidad que marca a los cuerpos y los discursos que desde ellos se proponen. Por eso considero que es urgente empezar a distinguir cuáles son los sesgos que en el área de la investigación aún se mantienen.
En su opinión, ¿en qué pie estamos como universidad en temas de género?
Yo hoy veo que en la USM hay interés político-institucional por hacer transformaciones vinculadas a la igualdad de género, y eso es vital. Considero que me he integrado a una universidad que entiende que es necesario avanzar, que está pensando en cómo hacerlo y se está articulando para ello, para integrar la perspectiva de género en los diversos ámbitos de su quehacer universitario.
Estas condiciones hacen que yo, que vengo de otra área disciplinar, esté interesada en participar y aportar desde mi conocimiento a la transformación de los espacios educativos, para que sean más democráticos, con mayor justicia social y una sociedad más libre de prejuicios, sesgos que acompañan la generación de conocimiento, las trayectorias educativas y académicas en todos sus niveles.
Finalmente, ¿cuáles son sus expectativas durante su paso por nuestra Universidad?
Para mí, como investigadora, éste fue un paso muy importante en mi toma de decisiones. Obviamente me gustaría poder no solo desarrollar una investigación de dos años, sino que seguir aportando a la USM y al país para realizar este tipo de transformaciones. Yo creo que la universidad hoy tiene la posibilidad de ser pionera en las áreas de ciencia e ingeniería en la incorporación de la perspectiva de género a partir de toda esta articulación que se está empezando a generar. Y por supuesto me encantaría participar en procesos que tienen que ver con mejores condiciones de vida, oportunidades a las mujeres, a las disidencias y a los cuerpos feminizados en la vida cotidiana.
Además, considero muy interesante el interés de la universidad de abrirse a otras disciplinas, es algo en lo que me interesa como investigadora participar. Y tengo la convicción de que existen las condiciones institucionales para ser pioneros a nivel latinoamericano en la implementación de políticas de género en investigación y formación en STEM.